El concepto de “huella ambiental” parte de las exigencia del ciudadano europeo que quiere disponer de información fiable y correcta sobre sobre el comportamiento ambiental de los productos y de las organizaciones. Para poder disponer de información segura, se requieren métodos de medición normalizados y apropiada del Análisis del Ciclo de Vida (ACV) y la comunicación fiable de los resultados a los diferentes grupos de interés.
El término de Huella ambiental se afianza en el mercado cuando la Comisión Europea publica la «Recomendación (UE) 2021/2279 de la Comisión de 15 de diciembre de 2021 sobre el uso de los métodos de la huella ambiental para medir y comunicar el comportamiento ambiental de los productos y las organizaciones a lo largo de su ciclo de vida». Este acto legislativo homogeneiza y unifica los métodos para el cálculo del “Product Environmental Footprint, PEF (Huella Ambiental de Producto HAP) y “Organization Environmental Footprint, OEF (Huella Ambiental corporativa HAC o de las organizaciones HAO)”.
En la Recomendación (UE) 2021/2279, se establece la metodología para la preparación de Reglas de categoría de huella ambiental de los productos (RCHAP) y Reglas sectoriales de huella ambiental de las organizaciones (RSHAO). También se establecen categorías de impacto ambiental asociadas al producto y/o la organización así como la información pertinente que se debe suministrar al consumidor (ciudadano, empresa, administración publica, …).
En la actualidad, la Unión Europea exige, si se quiere acceder a fondos europeos (Next Generation, FEDER, …), el cumplimiento del principio DNSH (no causar un perjuicio significativo) referente a los los objetivos medioambientales establecidos en el Reglamento de Taxonomía (Reglamento (UE) 2020/852).
El Análisis de Ciclo de vida (ACV) / Life Cycle Assessment (LCA) es una metodología internacional que cuantifica los impactos ambientales asociados a los bienes y servicios que se diseñan y fabrican, detectando áreas de mejora a través del estudio del ciclo de vida completo del producto. El ACV/LCA esta definido en las normas ISO 14040 e ISO 14044.
La Huella Ambiental de Producto (HAP) abarca ACV/LCA de la familia de productos, pero también la evaluación del impacto del ciclo de vida, la interpretación, la verificación y validación del estudio, el informe de verificación y la declaración de validación.
La Huella Ambiental Corporativa (HAC) calcula el comportamiento ambiental de una empresa. Parte del mismo concepto del ACV pero se aplica un alcance especial, ya que mide los impactos ambientales asociados a su actividad durante un periodo representativo (normalmente, un año). Para ello, el estudio incluye todas las actividades, instalaciones, productos y servicios ofertados por la empresa, aunque, en función del uso que se vaya a dar a la misma, puede centrarse específicamente en alguno de ellos. La norma “ISO/TS 14072:2014 “Gestión ambiental – Evaluación del ciclo de vida – Requisitos y directrices para la evaluación del ciclo de vida organizacional” tiene como objetivo la credibilidad y aseguramiento a los cálculos y los reportes de la HAC.
La huella hídrica es un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos . Es una variable necesaria que nos dice el agua que nos cuesta fabricar un producto. En un país como España, debería ser un indicador de máxima importancia.
Tradicionalmente, las evaluaciones de los usos del agua se realizaban exclusivamente midiendo o estimando las captaciones de las fuentes superficiales o subterráneas, ignorando la producción de bienes y servicios finales, sin tener en cuenta que estos productos se realizan en largas cadenas de producción con consumos específicos dentro de cada una de las etapas y con impactos específicos según cada zona.
La huella hídrica (HH) busca evaluar el impacto sobre los recursos hídricos que requiere la producción de un bien o la prestación de un servicio a lo largo de toda su cadena de producción, incluyendo, en el cálculo, las materias primas. Su cálculo se establece de forma modular, es decir, sumando las necesidades de uso y consumo de agua de cada etapa de producción desde el origen hasta el consumidor final.
OAK lleva 20 años trabajando en proyectos ambientales de empresas diversas: gestores de residuos, empresas industriales y de la construcción, compañías de transporte de pasajeros… Durante este tiempo hemos ido mejorando, evolucionando y perfeccionando nuestra sistemática de trabajo con objeto de aportar a los clientes soluciones profesionales y de calidad.
Los proyectos que hemos desarrollado han pasado con éxito auditorias y verificaciones de las principales programas de verificación. Esta visión independiente y multidisciplinar nos ayuda en nuestro trabajo. Siempre un poco mejor. Porque sabemos que nuestro éxito radica en el trabajo bien hecho y en nuestros clientes.
Empresas de que desean financiación mediante fondos europeos (Next Generation, FEDER, …), entrada en programas de compra verde, esquemas de certificación sostenibles, mejora de sus sistemas de gestión ambiental (UNE-EN ISO 14001:2015, EMAS) profundizando en el concepto de Análisis del Ciclo de Vida (ACV /LCA) de sus productos, entrada en proyectos de ecodiseño, o mejora de la comunicación ambiental Business to Business o Business to Consumer.