El Real Decreto 163/2019, por el que se aprueba la citada instrucción y que entró en vigor el 1 de julio de 2019, establece la necesidad de que las plantas verifiquen el cumplimiento de los criterios técnicos sobre: el personal técnico, el control de los materiales y su almacenamiento, las instalaciones, control del hormigón y de su suministro, la documentación y la trazabilidad. Deberán, para ello, ser sometidas a inspecciones completas cada cuatro años y seguimientos cada dos por parte de una entidad acreditada por ENAC.
Con estas primeras acreditaciones, las centrales de fabricación de hormigón cuentan ya con entidades preparadas para poder desarrollar sus inspecciones y emitir el correspondiente certificado.